lunes, 1 de agosto de 2016

ONGARO


“Mis estudios los hice en un colegio religioso. Era el primero en todo. Por eso los curas me insistían en que siguiera la carera de sacerdote. Si no –me decían- Dios me iba a castigar. Yo siempre me identifiqué con la imagen de Jesús. Pero me dí cuenta que Jesús estaba con los pobres por eso decidí unirme a ellos”.
Así cuenta Raimundo Ongaro su opción vocacional. Pasó de ser compositor, profesor de música y director de orquesta en su juventud, a trabajar como obrero gráfico y de allí dio el salto hacia la dirigencia sindical. Fue Secretario General de la legendaria CGT de los Argentinos, aquella que decía que:
 -la propiedad sólo debe existir en función social; 
-los trabajadores, como auténticos creadores del patrimonio nacional, tienen derecho a intervenir no sólo en la producción sino también en la administración de las empresas y en la distribución de los bienes, y
-los sectores básicos de la economía pertenecen a la Nación.
Y que reclamaba:
-la nacionalización del comercio exterior, los bancos, el petróleo, la electricidad, la siderurgia y los frigoríficos; 
-denuncia que los monopolios que arruinan la industria nacional, y que durante largos años han despojado a nuestro pueblo deben ser expulsados sin compensación de ninguna especie, y 
-aboga por una profunda reforma agraria.


 Sufrió encarcelamientos, allanamientos, secuestros y humillaciones varias. Pero nunca quiso abandonar su país. Sólo cuando le asesinaron un hijo resolvió cambiar de postura y marchar hacia el exilio. Denunció a través del mundo la represión en Argentina, mientras se prohibía mencionar su nombre en cualquier medio de difusión del país. Sin embargo, Ongaro continuó siendo el símbolo del gremialismo combativo para el movimiento obrero.  No se propuso nuevas metas: siguió leal a las mismas  
Hoy lo despedimos con un  Viva Peron compañero!!! Hasta la Victoria!!!

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